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Sexualidad temprana en niños

Sexualidad precoz en niños.

El descubrimiento de la sexualidad temprana por los niños y las dudas que generan sobre lo adecuado frente a su conducta. Qué hacer cuando los niños se tocan los genitales con frecuencia y parece que disfrutan haciéndolo.

Este artículo lo he hecho en respuesta a la pregunta de Laura Llivina en nuestra comunidad de Facebook: “De cuando los niños se descubren las partes intimas y empiezan a “jugar” con ellas”.

No hay una fecha exacta para esto. Hay niños que en los que esta etapa casi no es apreciable y otros en los que resulta más llamativo.

No representa en absoluto un desarrollo sexual precoz ni anticipa una conducta sexual futura de ningún tipo. 

Lo que vemos con mucha frecuencia en niños y niñas alrededor de los 2 años es un descubrimiento fortuito de placer al manipular sus genitales. Nada más.

Los niños son curiosos por naturaleza. Lo exploran todo.

Los genitales son una parte más del cuerpo. Para ellos no hay ningún tabú cultural establecido aún.

Juego con los genitales propios en niños

Cuando, por ejemplo, una niña va en un carro y la cinta central del cinturón roza sus genitales, puede producir una estimulación de los receptores nerviosos de esa zona.

Es relativamente frecuente que cuando ocurre la niña note una sensación placentera y siga haciendo movimientos de balanceo.

En varias ocasiones en la consulta han venido padres con preocupación por lo que les parece una especie de convulsión: “La niña hace movimientos de balanceo repetitivo, con la mirada fija y sudoración, tras lo que se queda hipotónica.”

Pero estas crisis no se producen más que en el carro, la trona o la hamaca, cuando el movimiento de balanceo estimula sus genitales.

En el caso de los niños, con esta edad lo que vemos es un toqueteo constante de sus genitales. Pero es raro que lleguen a un nivel de estimulación similar al de algunas niñas.

Otro aspecto es la curiosidad por los genitales de otras personas

De nuevo, la curiosidad de los niños es ilimitada y las diferencias les resultan muy llamativas.

Pero sin las connotaciones sensuales que los adultos atribuyen a esas diferencias.

A un niño le resulta llamativos los genitales de una niña y viceversa, del mismo modo que puede resultárselo un color de pelo distinto al suyo. Es algo diferente, sin más.

¿Qué hacer ante esta conducta sexual temprana?

Lo principal es verlo con naturalidad. Porque es algo propio de la naturaleza del niño explorar y conocer tanto su propio cuerpo como todo lo que le rodea.

El problema no es de los niños, sino de la carga cultural que nosotros atribuimos a este tema:

  • La curiosidad por los propios genitales es normal y no veo sentido a que se limite.
  • La curiosidad por los genitales ajenos debe enfocarse enseñando al niño simplemente que entra dentro del campo del respeto al otro. Y que en ese campo es visto por los demás como un tema especialmente sensible.
  • Y finalmente el tema de la autoestimulación, más por prejuicios culturales que por otra cosa, va a ir limitándose finalmente, aunque no hagamos nada, al ámbito privado.

En este tema lo importante es descargarlo de dramatismo. No tiene la menor importancia y tiende a autoregularse sin grandes intervenciones.