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Vitamina D en la etapa infantil. Claves para conseguir un nivel adecuado.

Estamos viviendo una etapa excepcional en nuestras vidas. Sin duda la pandemia del COVID-19 ha supuesto un antes y un después en muchos aspectos del día a día. Estamos más preocupados que nunca por mantener un sistema defensivo bien preparado y para lograrlo son imprescindibles ciertos nutrientes. Siempre que pensamos en alimentar suficientemente al sistema defensivo vienen a nuestra cabeza el hierro y la vitamina C. 

Pero no todo el mundo entiende la importancia de la vitamina D en esta labor. El COVID-19 es un virus que no mata por sí mismo, lo hace en realidad una respuesta exagerada del sistema defensivo frente a él. Esto es algo común con otros muchos problemas que aparecen en la infancia. La hiperreactividad bronquial, las alergias, la hipertrofia de adenoides, la dermatitis atópica… son problemas cada vez más comunes en los niños. En todos estos casos él problema no es una incapacidad del sistema defensivo para responder, sino que lo hace de forma demasiado intensa. Aquí es donde cobra especial interés la vitamina D, ya que es un inmundomodulador. Su función es regular la respuesta del sistema defensivo.

Afortunadamente las reacciones graves al COVID-19 no están siendo nada frecuentes en niños. Pero las medidas implementadas para evitar su contagio han supuesto un cambio radical en los hábitos de los niños.

Sabemos que la vitamina D puede adquirirse por ingesta y por producción propia. Para producirla en nuestro cuerpo necesitamos la exposición al sol. Y esto es algo que especialmente en el confinamiento domiciliario de la primera ola se vio muy limitado.

Tampoco podemos olvidar las otras funciones de la vitamina D, que es importante con el Calcio y el Magnesio para la calcificación de los huesos y el crecimiento del esqueleto. Hay múltiples fuentes de estos minerales y de vitamina D en la alimentación, como el huevo, el pescado azul o el marisco, pero sin duda los lácteos destacan en este aspecto. Son productos habitualmente bien aceptados por los niños y que pueden ser enriquecidos en determinados nutrientes, entre ellos en vitamina D. En este sentido las leches infantiles enriquecidas pueden ayudar a incrementar las ingestas de nutrientes deficitarios en la población infantil, y se observa en un estudio reciente realizado en niños españoles (estudio ESNUPI) que los niños que son consumidores de las mismas, aunque no llegaban tampoco a las recomendaciones de vitamina D, sí que presentaban unas ingestas entre 2 y 3 veces mayores que aquéllos que consumían leche sin enriquecer.

En los otros productos como el pescado azul o el marisco tenemos el problema de que tampoco una cantidad excesiva es recomendable por los problemas de acumulación de metales pesados que destaca por ejemplo AESAN.

Nos movemos hoy en día en muchos equilibrios difíciles. En este tema concreto pondré dos ejemplos:

  • El uso de mascarillas como protección frente al COVID-19.
  • Las cremas de protección solar para proteger de la quemadura solar y sus efectos en el envejecimiento celular y el cáncer de piel.

Empecemos con el uso de mascarillas. En nuestro país su uso es obligatorio. Pero no podemos olvidar que en invierno especialmente la exposición al sol ya es escasa, más aún con las medidas de confinamiento. En muchos casos lo poco que nos exponemos al sol en esta estación es en la cara, ya que el resto de la piel se oculta para protegernos del frío. 

Ahora con las mascarillas ocultamos prácticamente la mitad de la piel que antes exponíamos al sol durante el invierno. 

El resultado es que durante el confinamiento hemos visto un aumento claro de problemas como la dermatitis atópica, y llamativamente más en la zona cubierta por la mascarilla. Un problema en el que es clave la falta de vitamina D que actúa como inmunomodulador. Especialmente la producida in situ por la propia exposición al sol. 

En el segundo ejemplo, cada vez estamos más concienciados de los peligros del sol. Las quemaduras solares producen un daño en la piel que reparación tras reparación va produciendo un envejecimiento celular y puede acabar originando cáncer de piel. Por eso es importante hacer una exposición adecuada. Es necesaria para producir vitamina D, pero a la vez debemos evitar la quemadura solar. Centrándonos en evitar la quemadura recomendamos el uso de cremas de protección solar. Pero es cierto que su uso reduce la capacidad de la piel de producir vitamina D, y por tanto en la actualidad esta carencia es más significativa que en otras épocas en las que la población se exponía más al sol sin protección. Sin duda el equilibrio perfecto no se ha logrado aún.

Para que los niños tengan cubierta su necesidad de vitamina D en la actual situación lo recomendable es:

  • Exponerse más al sol. Hacerlo sin protección en las horas en las que el sol no quema, lo que varía según la latitud y la estación del año. Si aumentamos la exposición de forma razonable podemos lograr que aumente la producción endógena de vitamina D y la piel irá incrementando su producción de melanina, que es la mejor protección que existe contra le quemadura solar. Usando por supuesto la protección solar cuando los niños se exponen al sol más tiempo del recomendable o en horas y etapas del año en que la radiación solar puede ser excesiva.
  • Garantizar una ingesta suficiente de vitamina D en nuestra alimentación gracias al consumo de lácteos, huevos, pescado y marisco. En este aspecto, por su aceptación general en los niños y la menor carga de tóxicos frente a otros alimentos de la lista destacan los lácteos y cuando la dieta del niño claramente resulta insuficiente para cubrir esta necesidad, se deberían considerar las leches enriquecidas infantiles con vitamina D que pueden compensar esta carencia.

Bibliografía:

o Ingesta dietética habitual, adecuación nutricional y fuentes alimentarias de calcio, fósforo, magnesio y vitamina D en niños españoles entre uno y <10 años. Resultados del estudio EsNuPI Link: https://www.estudioesnupi.org/datos-y-resultados/ingesta-dietetica-habitual-adecuacion-nutricional-y-fuentes-alimentarias-de-calcio-fosforo-magnesio-y-vitamina-d-en-ninos-espanoles

o Recomendaciones de consumo de pescado por presencia de mercurio https://www.aesan.gob.es/AECOSAN/web/seguridad_alimentaria/ampliacion/mercurio.htm

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Alergias e Intolerancias Blog Cuidados del Bebé y el Niño Dieta Sana Edad del Bebé o Niño Enfermedades Crónicas en Bebés y Niños Primer Mes de vida del Bebé

Alergias Modernas

Alergias. El precio por una sobreprotección de nuestros hijos.

Las enfermedades originadas por un funcionamiento incorrecto de nuestro sistema defensivo son cada vez más frecuentes. Hablemos del porqué y entenderemos qué medidas tienen sentido para reducir y a veces resolver esos problemas.

Nos referimos a enfermedades como:

  1. Alergias.

  2. Enfermedades autoinmunes.

  3. Cáncer.

Podríamos considerarlas las epidemias de nuestro tiempo.

La principal diferencia con las epidemias clásicas es que no se transmiten por gérmenes, sino por unos cambios en nuestras condiciones de vida, que en muchos casos buscaban acabar con esas epidemias infecciosas de épocas anteriores, y han alterado el funcionamiento del sistema inmunitario.

El ser humano ha cambiado mucho su forma de vida en muy poco tiempo.

Algunos de los problemas de salud más importantes en la actualidad son causados porque esos cambios han sido demasiado rápidos, en comparación con el ritmo de adaptación de nuestra biología.

Hoy vamos a hablar de los cambios que afectan al sistema inmunitario y de las enfermedades relacionadas con él, que son cada vez más frecuentes.

Nuestro sistema defensivo es casi idéntico al de cualquier primate. Lleva funcionando sin grandes cambios desde hace cientos de miles de años.

Pero en pocos milenios hemos pasado de ser:

Nómadas a Agricultores Sedentarios. Esto ha significado por ejemplo que la eliminación de deshechos se convierte en un problema. Problema que aumentó al pasar de:

Agricultores Sedentarios a Urbanos. Lo que implica que al aumentar la concentración de seres humanos las infecciones se propagan con más facilidad. Tanto por el contacto directo con un número mayor de seres humanos, como porque los deshechos (orina, heces) son también vías de contagio. Más aún cuando las ciudades empezaron a proliferar y se empezaron a relacionar de forma regular mediante comercio. Un paso más en la modificación del entorno llegó con:

La Industrialización. Una mayor concentración de personas y con una contaminación del entorno con humos, metales y otros productos químicos tóxicos. Muchos de ellos capaces de irritar al sistema defensivo o de alterar su funcionamiento.

Todos estos cambios favorecieron un aumento de la población que hubiese sido imposible si el ser humano hubiese seguido con su forma de vida nómada.

Pero todos y cada uno de esos pasos han tenido costes para la salud del ser humano. El balance global puede considerarse positivo si tenemos en cuenta el número de habitantes y la esperanza de vida actual. Pero sin duda muchos de los problemas de salud de sufrimos en la actualidad son herencia de cambios a los que aún no nos hemos adaptado biológicamente ni en nuestros hábitos de vida.

Lo que en cada época se ha considerado como hábitos saludables ha ido evolucionando:

Sedentarismo: 

Establecerse como agricultor en un suelo fértil, cercano a una fuente de agua estable, fue sin duda un paso para reducir la actividad que un nómada tenía que realizar buscando recursos. Poco a poco, cuando la sociedad fue haciéndose más compleja y aparecieron las clases sociales, se llega a considerar una vida acomodada aquella que permite reducir al mínimo la actividad física. En la actualidad la actividad física que realizamos es claramente insuficiente para mantener nuestra salud. 

Higiene:

Cuando el nómada se asentó en una zona concreta y se hizo agricultor hubo cambios significativos:

  • Acceso al agua: El acceso a una fuente de agua estable era una de las condiciones buscadas por el agricultor. Este acceso al agua mejoraba la posibilidad de limpiarse a si mismo y a su entorno.
  • Acumulación de residuos: Pero vivir de forma permanente en un sitio genera un problema que no tenía el nómada, especialmente cuando fue aumentando la concentración de personas: Que esas personas generan excrementos y basura. Y que en esos residuos hay gérmenes que son muy raros en la naturaleza y transmiten enfermedades infecciosas con facilidad.
  • Empeora con la concentración urbana: Suministrar agua suficiente y eliminar los residuos sigue siendo uno de los principales problemas de cualquier ciudad. La falta de cantidad o calidad del agua y la eliminación inadecuada de residuos es una de las diferencias fundamentales entre los países desarrollados y los que están en vías de desarrollo.
  • Aparecen los Antisépticos y Antibióticos: Con el descubrimiento de que muchas enfermedades eran generadas por gérmenes y que había productos como los antisépticos, los detergentes y los antibióticos para combatirlos, hubo un cambio importantísimo. Ha sido uno de los responsables más significativos de la disminución de la mortalidad. Especialmente en la infantil.
  • Pero ha supuesto un empobrecimiento de nuestra flora bacteriana: Nuestro sistema defensivo vive en una relación constante con los gérmenes con los que convivimos. Entre ellos hay muchos que no son perjudiciales, sino inclusos beneficiosos. Todos los cambios de nuestros hábitos de vida han influido de forma clara en esa relación. En muchos casos hemos perdido a colaboradores importantes junto con los enemigos que pretendíamos erradicar. El resultado es que hay una alteración evidente del funcionamiento del sistema defensivo. Al eliminar Bacterias, Hongos y Parásitos de nuestro entorno el sistema defensivo concentra su actividad de forma muy llamativa en los Virus. Y muchas de las enfermedades modernas son una reacción excesiva frente a las infecciones virales.

Exposición Solar:

El sol no sólo no es perjudicial, es imprescindible para los seres vivos de este planeta. Claro que puede generar agresiones. Cuando uno se quema con el sol una vez tras otra está generando un daño que pude producir envejecimiento y cáncer de piel. Pero:

  • Durante la casi totalidad de la evolución de la especie humana hemos sido animales que vivíamos al sol y estamos preparados para ello: 
    • Nuestro sistema defensivo cuenta por ejemplo con que parte de las defensas de la piel van a ser neutralizadas por la radiación solar. Y cuando esta exposición no existe aparecen patologías como la dermatitis atópica, la psoriasis… Enfermedades en las que un exceso de actividad del sistema defensivo genera problemas.
    • Nuestro metabolismo necesita el sol para generar moléculas esenciales como la vitamina D o la Melatonina, que tienen un efecto directo sobre el funcionamiento del sistema inmunitario. Cuando hay una carencia de ellas no se regula de forma adecuada y genera tanto inmunodeficiencias como reacciones excesivas inadecuadas.

Contaminación:

Nuestra intervención sobre el entorno ha producido cambios buscados por el ser humano, pero con efectos siempre que alteran el entorno. Por ejemplo cuando usamos plaguicidas para proteger nuestras cosechas buscamos aumentar los alimentos disponibles. Pero esos plaguicidas no son inocuos para la salud del ser humano. Tras cubrir las necesidades de alimentación para toda la población empezamos a preocuparnos por mejorar la calidad. Y uno de sus puntos fundamentales es lograr los recursos que necesitamos generando la menor alteración posible del entorno natural en el que vivimos. Son las tendencias Ecológico-Biológico-Orgánico.

Exposición:

No sólo han cambiado las cosas con las que nuestro sistema inmunonológico se relacióna, también lo ha hecho la forma y el momento en que se produce muestra exposición a ellas:

  • Exposición tardía a infecciones: Tendemos a esterilizar el entorno de los bebé y podemos hacerlo, porque disponemos de herramientas para hacerlo que nunca existieron. Tenemos miedo a las infecciones y hemos confundido:
    • Salubridad: Condiciones de higiene que evitan el contagio de enfermedades infecciosas. Básicamente eliminación efectiva de los excrementos para evitar el contagio por contacto con los de personas infectadas.
    • Esterilidad: Eliminación indiscriminada de gérmenes en nuestro entorno. Tan intensa que hemos llegado a aburrir a nuestro sistema defensivo y a empobrecer de forma alarmante nuestra flora.
    • Paradoja del limpio: Los gérmenes no agresivos son menos resistentes, lo que hace que acabemos teniendo un entorno de gérmenes menos variado, pero más agresivo.
  • Exposición tardía a alimentos: Hemos retrasado la introducción de la alimentación hasta solaparla con la de debut antiinfeccioso generando una coincidencia que favorece las alergias.
  • Exposición tardía a pólenes, epitelios animales, ácaros: Elementos naturales con los que hemos convivido siempre se han eliminado de nuestro entorno. Nacíamos y crecíamos desde el principio en contacto con ellos. En la actualidad los niños de las ciudades suelen criarse en entornos en los que son la excepción. Suelen empezar a exponerse a ellos, de nuevo, cuando salen de la burbuja inicial en la que los mantenemos los primeros meses, y coincidiendo con las infecciones.

Exposición tardía a alergenos y aparición de alergias

Todo esto dibuja un panorama con los cambios radicales que han afectado a la interacción de nuestro hipermodificado entorno y nuestro Sistema Inmunitario, que casi no ha evolucionado.

En otro artículo explicaré las medidas que hoy en día creo que podemos tomar en la crianza para amortiguar este conflicto.

 

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Protege a tu Hijo del Sol

Protege a tu Hijo del Sol

Recopilatorio Sol Seguro: En esta página web he publicado varios artículos en los que he tratado temas sobre la protección de los niños y bebés en verano.

Ha sido fruto de una colaboración con La Roche Posay.

Una empresa que ofrece el producto de protección Anthelios Baby: Un protector solar para mayores de 6 meses.

Habitualmente los protectores solares están indicados por encima de los 3 años. Porque los niños más pequeños no deberían se expuestos al sol directo en verano. Pero todos sabemos que eso no se cumple.

En Verano, especialmente en las horas centrales del día los niños menores de 3 años deben estar a cubierto. La única protección segura es la física. Es decir, si de verdad quieres proteger a un niño de las radiaciones solares la única solución efectiva es no exponerlos, ni sin protector ni con él. Mantenerlos en la sombra es la única medida de protección realmente efectiva. Más cuanto más pequeño es el niño.

Que aparezca en el mercado un Protector como Anthelios Baby no significa que debamos exponer al Sol intenso a niños pequeños, sino que para proteger del sol indirecto (aunque vaya a cubierto el sol se refleja en todo lo que nos rodea y en la piel sensible de los niños es suficiente para afectarles) disponemos de productos que también son adecuados para pequeños.

Para lograr la aprovación de un producto así han tenido que esmerar la composición. Pensando en evitar todos los componentes innecesarios y en cuidar la piel especialmente delicada de los niños.

Para aquellos que no hayáis visto alguno de los artículos os los enlazo todos aquí a modo de recopilatorio, para que podáis tener una idea lo más completa posible de los problemas asociados al sol en niños y bebés y cómo afrontarlos.:

Los bebés y el sol

Golpe de Calor en Niños y Bebés

Deshidratación en niños

Quemadura por el Sol en Niños y Bebés

Cómo usar bien un Protector Solar

Protector Solar para Niños y Bebés

Actividades al Aire Libre con Niños

Playa o Piscina con un Bebé: ¿Qué hora es mejor?

Los niños, los bebés y el sol

 

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Golpe de Calor en Niños y Bebés

Golpe de Calor en Niños y Bebés.

Cuando llega el Calor y empezamos a disfrutar del Sol con Niños y Bebés hay que tener cuidado con los Golpes de Calor. No basta con evitar las quemaduras.

Al pensar en disfrutar del buen tiempo con niños, si nos preocupa la seguridad, tenemos asumido que es necesario prevenir las quemaduras solares.

Pero muchas veces olvidamos que ese no es el único peligro. Para evitar los problemas no basta con aplicar protector solar y hacerlo adecuadamente. Los niños y especialmente los bebés cuanto más pequeños son más fácil es que sufran un golpe de calor.

Qué es un golpe de calor

Nuestro cuerpo tiene la capacidad de mantener una temperatura estable en condiciones diferentes. Puede calentarse cuando el ambiente es frío y enfriarse cuando hace calor. Decimos que somos Homeotermos.

Pero la capacidad del organismo para amortiguar los cambios en el ambiente no es infinita. Si alguien se queda a la intemperie en condiciones de temperatura muy baja, puede morir de hipotermia. Y cuando es sometido a temperaturas demasiado altas puede sufrir un golpe de calor.

Si estás en un ambiente excesivamente caluroso, el principal mecanismo del que dispones para eliminar calor es la sudoración. Cuando el sudor cubre nuestra piel y ésta está caliente, se evapora. Esa evaporación hace que eliminemos calor.

La limitación es que no disponemos en nuestro cuerpo de agua infinita para perderla en forma de calor. Y tampoco de las sales en las que el sudor es rico. El resultado es que cuando estamos expuestos de forma prolongada o intensa a un calor excesivo, llega un momento en que nuestro cuerpo agota su capacidad de eliminar calor por esa vía. Empieza entonces a no funcionar bien:

– La tensión arterial baja, porque disponemos de poco líquido y con un volumen menor de sangre es difícil llevar suficiente riego a todos los órganos. Si falta en el cerebro aparece dolor de cabeza, puede surgir después el mareo, la alteración de la conciencia…

– La temperatura sube. Es decir, sin tener ninguna infección que lo ocasione aparece la fiebre.

Fiebre por golpe de calor

Es muy frecuente que los padres de bebés pequeños cuando deciden ir a la playa lo hagan pertrechados con sombrillas y cremas de protección solar para cubrir a su bebé. Pero en ocasiones no tienen en cuenta que en la playa, en la piscina o en el campo, en verano, no solo el sol quema, también calienta. Y si un niño o bebé es expuesto a los 40-45º que con facilidad pueden alcanzarse en verano, teníendolo bajo la sombrilla y con crema solar, tal vez evitemos las quemaduras. Pero es muy fácil que esa noche el bebé tenga fiebre.

El golpe de calor y la fiebre que causa es más fácil que aparezcan cuanto más pequeño es el bebé. No es raro ver alguno los fines de semana por las noches en urgencias.

Consejos para evitar el golpe de calor en niños y bebés

  1. Evita ambientes calurosos las horas del día en que el calor es más intenso. Este es el esencial. Hagamos lo que hagamos si un bebé está a 45º durante horas es muy probable que sufra un golpe de calor.
  2. Evita dejar al bebé en sitios donde la temperatura sube aún más. Por ejemplo dentro de un coche a pleno sol con las ventanillas cerradas y sólo.
  3. Hidrata bien a tu hijo en los días calurosos. Es bueno que tome líquido abundante y que reponga también las sales que se pierden. En el lactante puede ayudar la propia leche, en niños mayores pueden ayudar frutas, verduras, agua y en casos extremos, sueros de rehidratación oral.
  4. Refresca la piel del niño con frecuencia para eliminar calor sin perder agua ni sales por el sudor.

Acuérdate del Protector Solar, lleva la sombrilla, el gorro y ropa que proteja su piel del sol, pero no olvides evitar los horarios de más calor, hidratar a tu hijo y refrescarlo con frecuencia. Y si lo notas irritable, decaído o caliente y con la piel seca, llévalo a un sitio fresco lo antes posible.

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Quemadura por el Sol en Niños y Bebés

Quemadura por el Sol en Niños y Bebés. Evitarla y tratarla.

Las Quemaduras por el Sol siguen siendo frecuentes en Niños y Bebés. Aprende cómo tratarlas y ante todo cómo exponerlos al Sol con seguridad para evitarlas.

El Sol es una fuente de vida porque genera energía. Pero a veces puede ser excesiva.

Estamos preparados para vivir bajo su luz y la necesitamos. La usamos por ejemplo para producir Vitamina D.

Pero también genera en nuestra piel radicales libres. Son moléculas que reaccionan de forma incontrolada modificando otras como el Colágeno o el ADN. En el primero son responsables del envejecimiento de la piel, ya que los radicales libre hacen que el colágeno pierda elasticidad.

En el ADN pueden generar la muerte de algunas células y la mutación de otras, que pueden transformarse en tumorales.

Nuestra piel tiene capacidad de amortiguar radicales libres hasta un nivel determinado y cuando se agota puede regenerar esa capacidad si la dejamos un tiempo fuera de la exposición al Sol.

Podemos hacer dos cosas frente a las Quemaduras por el Sol: Evitarlas y Tratarlas. Es evidente que lo preferible sería evitarlas. Especialmente en niños pequeños.

Cuando se llega a la quemadura solar es que la capacidad de nuestra piel de inactivar radicales libres se ha agotado por ahora y la radiación ya está provocando daño en el tejido.

Esto significa que cuantas más veces se quema la piel por efecto del sol a lo largo de la vida más envejece y mayores son las probabilidades de que aparezca un tumor en la piel.

Evitar la Quemadura por el Sol

Una serie de sugerencias:

  • Evita la exposición de los niños al sol a las horas de más intensidad.
  • Protege del Sol especialmente a los más pequeños.
  • Si preveemos que un niño se exponga al sol de forma mantenida debemos protegerlo:
    • Con medios físicos siempre que sea posible (ropa adecuada, gorro…)
    • Con un Protector solar adecuado:
      • Que el Fabricante lo recomiende para la edad en la que vamos a usarlo.
      • Factor 50. Que es el máximo.
      • Aplícalo con la antelación suficiente para que se fije bien a la piel antes de exponerse al sol.
      • Vuelve a aplicarlo si algo retira el protector (baño, sudor…)
      • Vuelve a aplicarlo si la exposición al sol se prolonga. Mi recomendación es hacerlo al menos cada 2 horas.
    • Los primeros días que el niño se expone al sol el tiempo debe ser limitado. Podremos aumentarlo poco a poco conforme la piel se vaya poniendo morena.
    • Lo ideal es conseguir el moreno sin que se queme en ningún momento.
  • Si en cualquier momento la piel se enrojece es que ya se está quemando. No sirve volver a aplicar Protector solar. Debemos poner al niño a cubierto y no volver a exponerlo al sol al menos hasta que el enrojecimiento haya cedido por completo.

Tratamiento de las Quemaduras por el Sol

Todavía recuerdo el olor a vinagre de las noches de verano en la playa. Yo me crié en Guadix. Una ciudad del interior a una altura de más de 900 metros. La playa nos quedaba un poco lejos. Eso significa que las ocasiones en las que nos escapábamos era para pasar «el día de playa». Cualquiera mantenía a 7 niños (somos 7 hermanos) alejados del agua. Para empezar ni cabíamos en la sombrilla. Pero además teníamos tantas ganas de playa que sólo buscábamos refugio si estábamos ya achicharrados.

El primer día del verano que íbamos a la playa lo hacíamos para estar allí todo el día. Y eso significaba que esa noche todos nos habíamos quemado.

No recuerdo que cuando yo era pequeño me echasen Protector solar en ningún momento. Y sí recuerdo montones de noches de dolor de espalda por las quemaduras.

Esa noche los dormitorios olían a vinagre, porque es lo que mi madre nos aplicaba en las quemaduras solares para aliviar. Recuerdo el olor y la sensación de alivio cuando tras aplicar el vinagre mi madre soplaba y el vinagre se evaporada. Toda la noche durmiendo boca abajo porque no te atrevías a apoyarte sobre la espalda.

Y días después la piel se levantaba y empezaba a «pelarse». También recuerdo las sesiones de retirada de piel muerta a mis hermanos o a mí mismo.

Evidentemente mis padres permitían que llegásemos a esto porque la información sobre los peligros del sol era muy escasa en esa época.

Cómo podemos tratar las Quemaduras solares hoy en día.

Insisto en que lo mejor es evitar llegar a ellas. Pero cuando ya es tarde, toca tratar.

  1. Lo primero es retirar al niño del Sol. Si la piel se enrojece. El Sol se ha terminado por hoy. La piel necesita regenerar si capacidad de eliminar radicales libres. Mañana lo habrá hecho y podremos disfrutar un rato de nuevo.
  2. Hidrata la piel. Si se ha enrojecido puedes usar una crema hidratante normal.
  3. Pero si ya hay dolor es que necesitamos una que reduzca el efecto inflamatorio. Según la intensidad del dolor podemos recurrir a antiinflamatorios más o menos potentes.

Hay cremas para dermatitis atópica que tienen efecto antiinflamatorio pero no contienen corticoides. Esa sería la primera elección y puede aplicarse varias veces en el día hasta que el enrojecimiento desaparece.

Cuando el dolor es intenso o vemos que el enrojecimiento no cede tras un par de aplicaciones de la anterior podemos recurrir a emulsiones de corticoides. Se extienden con más facilidad que la crema para cubrir zonas extensas, como suelen ser las quemaduras solares.

Pero no todos los corticoides son iguales: Los hay que se inactivan al absorberse. Lo que es bueno cuando, como en las quemaduras del sol, debemos aplicarlo en zonas extensas para evitar efectos secundarios del corticoide.

La última parte del tratamiento es que tras un día en el que la piel se ha quemado, no debemos exponer al niño al sol hasta que la quemadura se haya curado por completo. Y en los primeros días tras la quemadura debemos extremar la limitación de tiempo y se más exhaustivos en la aplicación del  protector solar.

Quemarse una primera vez le ocurre a cualquiera. Quemarse una vez tras otra sólo le pasa a niños cuyos padres no se toman en serio el tema.

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Cómo usar bien un Protector Solar

Cómo usar bien el Protector Solar en niños

En la Playa y en la Piscina los Bebés deben usar protector solar. ¿Sábes cómo usarlo adecuadamente? Te explico cómo hacerlo y los problemas más frecuentes.

Cuando llega el buen tiempo a todos nos apetece hacer actividades fuera de casa. Y si a los adultos nos atraen, para los niños mucho más.

Tras meses de frío, días cortos y poca luz el sol es sinónimo de diversión fuera de casa, de tardes largas en las que da tiempo a disfrutar.

Pero el sol es también una fuente de problemas. Las más importantes son la deshidratación, el golpe de calor y las quemaduras solares.

Conocer porqué ocurren, cómo evitarlas y cómo aliviar sus molestias cuando ocurre es importante.

En este caso nos vamos a centrar en el uso adecuado de las cremas de Protección solar.

Consejos para el uso adecuado del Protector Solar.

Lo primero que debemos considerar es cuándo exponer al sol aunque sea con protección. En ese sentido la clave para evitar las quemaduras es evitar las horas en las que el sol es más intenso. Cuanto más pequeño es un bebé más cuidado debemos tener con esto, de forma que evitemos las horas centrales del día.

También depende de la intensidad que tenga cada día. Para eso hay incluso Aplicaciones Móviles que permiten valorar la intensidad de la luz solar y así considerar el nivel de riesgo. Las más simples te piden simplemente que orientes la cámara de tu móvil al Sol y te dice la intensidad de luz.

Pero las hay que hacen previsiones de intensidad para cada hora del día integrada con sistemas de previsión meteorológica. E incluso que te aconsejan nivel de protección recomendable. Pero debemos tener en cuenta que las indicaciones dependen de cada persona. Y que no es lo mismo para un niño independientemente de su edad. E incluso es diferente entre niños según el tono de su piel y la exposición al sol que haya tenido hasta entonces.

Los primeros días que un niño o bebé se expone al sol su capa de melanina es mínima por lo que tiene más facilidad para quemarse. Pero conforme pasan los días y la piel se pone morena, aguantan más exposición al sol.

Por eso la primera recomendación, por muchas ganas de playa o piscina que tengan los niños es empezar con una exposición corta que podemos ir aumentando conforme la piel se va poniendo morena.

Momento de aplicar la protección solar.

Debemos tener claro que ningún Protector Solar tiene efecto permanente. Lo que hacen es aumentar el tiempo que podemos exponernos al sol antes de que aparezcan problemas. Pero por potente que sea tu piel se quemará si se expone lo suficiente al sol, aún con Protector.

Cuanto antes se aplique el Protector Solar mejor. Lo ideal es que estemos protegidos desde que estemos al sol. Y para eso lo mejor es hacerlo en casa antes de ir a la playa o piscina. Además, cuando dejamos el Protector Solar aplicado un rato antes se fija mejor a la piel, de modo que si es llegar a la playa o piscina y se bañan, no se eliminará con tanta facilidad como si acabamos de aplicarlo.

Cada cuánto aplicamos el Protector Solar

Cuando ya tenemos experiencia y sabemos que un niño se quemó un número determinado de horas tras la última aplicación de Protector Solar, debemos adelantarnos a que ocurra renovando el Protector en períodos cada vez más cortos cuanto más tiempo llevemos al sol, ya que la capacidad del cuerpo de amortiguar estas radiaciones se reduce conforme pasa el tiempo de exposición.

En la mayoría de los casos lo recomendable es aplicar de nuevo el Protector antes de las dos horas.

Momento de dejar de aplicar Protector Solar y ponernos a cubierto.

Si un niño muestra ya irritación en la piel por culpa del sol, ya no es cuestión de aplicar de nuevo protección. Es un signo de que la capacidad de su piel para defenderse se ha agotado y por mucho efecto que haga el Protector Solar es muy fácil que acabe quemado. Por tanto, si ya ves piel irritada es que hace un rato debería haber terminado el Sol por hoy. El cuerpo necesita dejar de ser agredido y reponer su capacidad de defensa. Suele lograrlo con unas horas sin agresión.

Zonas de la piel especialmente vulnerables

Las quemaduras solares no aparecen en cualquier zona del cuerpo. Lo hacen con más frecuencia e intensidad en las zonas superiores en las que el sol da de forma más constante. Frente, nariz, orejas y hombros son las zonas más expuestas. Pero zonas donde habitualmente da poco el sol, como los pliegues de detrás de las rodillas, la zona superior de los muslos o las axilas son muy sensibles.

En todas estas zonas es más importante que nos aseguremos de que la capa de Protector Solar se ha aplicado para cubrir adecuadamente.

Por tanto, disfrutad del sol. El verano con niños pequeños es una de las mejores épocas, pero es importante hacerlo con seguridad para evitar que algo placentero acabe en doloroso.

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Protector Solar para Niños y Bebés

Qué Protector Solar usar en Niños y BebésQué Protector Solar usar en Niños o Bebés. Cuáles son las diferencias entre los distintos tipos que hay disponibles en el mercado y cómo escoger uno.

Desde qué Edad puede usarse el Protector Solar

En realidad no hay ningún Protector Solar recomendado en niños menores de 6 meses.

La mayoría, de hecho son para niños por encima de los 3 años . Aunque ya hay alguno en el mercado recomendable desde los 6 meses.

¿Cuáles son los motivos para esta limitación? La primera razón es que los niños menores de 6 meses no deberían exponerse voluntariamente al sol. Es decir, no es que sean vampiros y si les da el sol se transforman en polvo. Pero su piel es muy sensible a las quemaduras solares y tienen más facilidad para sufrir un golpe de calor. Por eso, la mejor recomendación para niños de menos de 6 meses respecto al sol es que lo evites en la medida de lo posible.

La limitación para usar cremas de protección solar por debajo de los 3 años se debe a que la mayoría de los Protectores Solares contiene sustancias como los Parabenos que en grandes cantidades no son recomendables. Y el propio uso de los Protectores Solares implica su uso abundante para que sean efectivos.

Datos clave a la hora de escoger un buen Protector Solar para Niños

Respeta las limitaciones para Edad del Fabricante

Si no se especifica, los Protectores Solares son para niños mayores de 3 años.

Como os decía hay alguno en el mercado para mayores de 6 meses.

En niños menores de 6 meses pueden usarse. Pero hay que tener claro que no está exento de riesgos. Siendo realista los riesgos no son realmente por la composición. No tendría sentido que algo que es perjudicial a los 5 meses y 15 días ya no lo sea a los 6 meses.

En realidad, hay que poner el límite en algún punto y lo importante es tener claro que un bebé de menos de 6 meses (y con 7, y con 8, pero más cuanto más pequeño) tiene riesgos importantes de que su piel se queme o sufrir una insolación si se expone de forma continuada al sol sin protección. Y por tanto lo único seguro es mantenerlo a cubierto durante las horas en que el sol es más intenso.

Si en algún momento va a estar al sol intenso con menos de 6 meses, porque no podemos evitarlo, hay que reducir esa exposición lo más posible, podemos usar un Protector Solar para mayores de 6 meses, pero añade protección física. Es decir, vestido y con gorro.

Qué Factor de Protección debe usarse en Niños

Lo recomendable es usar el máximo, que es Factor 5o.

Cuanto más alto es el factor de protección más tiempo protege, por lo que va a necesitar menos aplicaciones. Conociendo a los niños, a los que en su mayoría no gusta que les echen el Protector es importante.

Pero aún siendo de factor 50, es recomendable volver a aplicarlos a las 2 horas si sigue expuesto al sol o si se ha bañado, tras secarlo cuando sale del agua.

Qué tipo de Filtro Solar es más seguro

Otro componente de los Protectores solares a tener en cuenta son los Filtros. Los hay físicos y químicos.

Evidentemente todos están testados y aprobados en niños porque se consideran seguros. Pero son más seguros los físicos que los químicos. El problema es que los filtros físicos dan un color blanquecino que algunos padres y muchos niños rechazan. Cuanto más pequeño es un niño mejor es que la protección se a costa de Filtros Físicos, recurriendo a los Químicos lo menos posible.

Precisamente esa desventaja estética de dar un tono blanquecino a la piel es un añadido en seguridad. Ya que cuando se pierde ese tono blanquecino es un indicador de que debes aplicar protección de nuevo o dejar de exponer al niño al sol.

Sin embargo en los filtros químicos la primera muestra de que ya no está protegido es el enrojecimiento de la piel, que ya es una quemadura leve.

Componentes a evitar en la composición del Protector Solar de un niño

Parabenos. Se usan como conservantes. No tienen ninguna función de protección. Pero se ha visto que su uso excesivo puede ser perjudicial. Y precisamente el uso de Protectores implica su abundancia. Debe cubrirse todo el cuerpo y debe aplicarse varias veces en un mismo día si se expone de forma prolongada al sol. Por tanto: Mejor Sin Parabenos.

Perfumes. Los perfumes son innecesarios. Dan buen olor, pero a costa de poder generar alergias en algunos niños, especialmente en los que tengas pieles sensibles. Si tu hijo tiene dermatitis atópica el Protector Solar que use No debe tener Perfumes.

Componentes beneficiosos en la Protección Solar de un niño

Al igual que hay componentes a evitar, algunas marcas añaden componentes que pueden resultar beneficiosos. Así encontramos Protectores Solares con fórmulas similares a cremas especiales para Dermatitis Atópica. Pueden añadir con ese fin Aceites ricos en Omega 3, como la Manteca de Karité.

Como resumen podemos decir que lo más importante para proteger a los bebés y niños del sol es evitarlo en las horas de más intensidad, que en los más pequeños esto es lo esencial, pero que en los mayores de 6 meses que se exponen (y si lo haces con un menor de 6 meses) es aconsejable protegerles con un Protector Solar de calidad. Suelen ser Marcas Reconocidas y de venta en Farmacias. No compres cualquier cosa en un «Todo 100».

 

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Playa o Piscina con un Bebé: ¿Qué hora es mejor?

Hora para ir a la playa. Atardecer en la Playa de La Barrosa de Chiclana de la Frontera (Cádiz). Mi favorita.

Cuando vamos a ir a la playa con un bebé o un niño no es lo mismo hacerlo a cualquier hora. Los problemas más frecuentes son quemaduras e insolaciones.

Con el buen tiempo aumentan las actividades al aire libre con niños y bebés. Salimos más al campo, a la playa, a la piscina. Especialmente estas dos últimas son actividades que podríamos calificar de «exposición al sol».

Salir al campo a la montaña también suponen exponerse al sol, lo que significa que también para ellas es importante tener en cuenta la protección solar. Pero son actividades que realizamos vestidos y que no necesariamente van asociadas a un día soleado.

Sin embargo para la piscina y la playa buscamos días despejados y hacemos la exposición con el mínimo de ropa. Lo que significa que son las dos actividades de mayor exposición a las radiaciones solares.

Los niños son especialmente vulnerables al sol. Y lo son por varios motivos:

  1. Porque cuando están jugando no se acuerdan de nada, incluido beber agua o ponerse a cubierto a tiempo. Ya que si están entretenidos jugando pueden ignorar molestias leves que se asocian al principio de un golpe de calor o de la aparición de quemaduras solares y pasarnos de las horas que sería recomendable.
  2. Porque su piel es más fina y especialmente en los más pequeños ha tenido tan poca exposición que su capacidad de filtrar luz solar es muy escasa. Lo que hace más fácil que se queme en menos horas.
  3. Porque los niños pequeños tienen menor capacidad de compensar las pérdidas de agua y padecen insolaciones con más facilidad.

Uno de los factores esenciales a la hora de disfrutar del sol con niños y bebés evitando estos problemas es el Horario para estar en Playa o Piscina.

La mejor hora para exponer al sol a niños y bebés.

El típico día de playa o piscina puede acabar mal si nos lo tomamos en plan Maratón (de la mañana al anochecer) con bebés o niños pequeños. Hacer algo así supone un riesgo excesivo de exposición al sol y al calor.

Para evitar los Golpes de Calor y las Quemaduras lo mejor es hacer exposiciones en franjas de no más de 2-3 horas los primeros días que podremos ir aumentando después progresivamente, conforme van estando más morenos.

Pero aún así lo recomendable es no estar más de 5-6 horas continuadas en la playa o la piscina. Lo que enlaza con la primera recomendación importante:

Evita las horas centrales del día.

Mi primera recomendación es clara: Depende de la zona geográfica en la que estés porque en cada una los usos horarios son diferentes. Pero en las 4-6 horas centrales del día (más horas en los días de más calor y más despejados) deberíamos estar a cubierto de las radiaciones solares.

Y a cubierto para un niño pequeño no significa debajo de una sombrilla a las 4 de la tarde. Es frecuentísimo atender bebés con fiebre tras un día de playa intensiva, en la que el bebé «no ha salido de debajo de la sombrilla». Pero es que en verano, debajo de una sombrilla puede haber 45º y eso de forma continuada durante horas deshidrata con facilidad a cualquier bebé.

Una forma de reducir este problema es dando líquido con frecuencia al bebé, pero aún así lo mejor es estar realmente a cubierto en esas horas. Y a cubierto es «bajo techo«.

¿Mejor por la mañana o por la tarde?

Hay mucha gente que va mañana y tarde. Pero en los primeros días de exposición al sol y en bebés lo que suelo recomendar es ir a la playa o a la piscina por la tarde. Y me refiero a una vez que han pasado las 6 horas de más intensidad del medio día.

Debemos entender que la capacidad del cuerpo para amortiguar el efecto de las radiaciones solares es limitada.

Cuando vamos a la playa o la piscina por la mañana la radiación solar se va haciendo cada vez más potente conforme nosotros vamos agotando nuestra capacidad de compensarla. Eso significa que es mucho más fácil quemarse antes de irse.

Por el contrario, cuando vamos por la tarde, nuestro cuerpo va agotando su capacidad de defenderse del sol al mismo tiempo que el sol va reduciendo su intensidad. Lo que hace mucho más fácil que podamos estar más horas en la playa sin quemarnos.

Mejor exponer al sol por la tarde que por la mañana.Además, cuando vas a la playa por la mañana el agua está helada. Si vas por la tarde el agua está en su temperatura máxima, lo que siempre resulta más agradable para bañar a niños y bebés.

Personalmente, para mí uno de los mejores momentos de cada verano son los atardeceres en la Playa de la Barrosa en Chiclana de la Frontera (Cádiz). Si no la conocéis, para ir con niños (o sin ellos) os la recomiendo con la convicción de un «enamorado». Es la imagen de cabecera de este artículo.

 

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Los bebés y el sol: Peketip 15

Los bebés y el sol:

Evita las horas de calor más intenso (incluso bajo la sombrilla)

La mejor protección contra el sol es la física (ropa protectora, gorro y sombrilla)

Si usas crema protectora aplícala al menos 15 minutos antes de exponer al sol o ir al agua.

El agua del mar es buena para la piel (mejora la dermatitis atópica)

Si la piel se enrojece (quemadura solar) debe retirarse del sol de inmediato y no exponerlo de nuevo hasta que desaparezca.

Llega el verano y con él para muchos niños su primera exposición seria al sol en la playa. El sol tiene muchos efectos positivos para la salud. Pero también tiene sus peligros. Y los bebés son más sensibles a su efecto. Por lo que puede ser útil para los padres saber cómo disfrutar de él sin que el bebé sufra daños.

De los consejos que os doy en este peketip:

Uno de los peligros del sol es la insolación. Un bebé puede sufrir el golpe de calor con más facilidad de en otras edades. Y debajo de una sombrilla a las 4 de la tarde en la playa puede haber 45º. Es fácil que aunque no salga de la sombrilla, esa noche el bebé tenga fiebre. Por eso, entre las 12:00 y las 18:00 es mejor evitar que el bebé esté en el sol. Incluso bajo una sombrilla.

Hoy en día la gente tiene muy asumido el uso de las cremas de foto-protección para los niños. Pero a veces se actúa creyendo que con eso basta. Por desgracia el efecto de las cremas de protección solar es limitado. Ninguna tiene un efecto adecuado más de dos horas después de su exposición al sol. En muchos casos además suele aplicarse justo antes de poner al niño al sol o de bañarlo. Pero para un efecto adecuado, la crema necesita fijarse bien a la piel, y eso quiere decir que hay que dejar al menos unos 15 minutos la crema antes de exponerlo al sol o que se bañe.

En verano la dermatitis atópica puede evolucionar a mejor o a peor. A favor juega que el sol la mejora y que si se baña en agua marina suele irle bien. En contra, que el cloro de las piscinas y el sudor puede empeorarla.

Si finalmente aparece la quemadura solar (la piel se enrojece), es un signo de que el sol está ya dañando la piel. Ha superado la capacidad de la piel de soportar el sol. Ese es el mejor indicador de que debe evitarse más sol. El momento en que esto ocurre varía mucho entre una persona y otra. Hasta que la piel no pierda su irritación no debería volver a exponerse al sol, porque hasta que esto ocurra, es que la piel no ha recuperado su capacidad de defenderse frente al sol.

Peketip 14
Peketip 16

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Los niños, los bebés y el sol

Proteger a los bebés adecuadamente del sol

Cómo exponer a los niños al sol de forma segura, proteger su piel. Aprende a evitar y tratar las quemaduras solares para proteger la piel de tu hijo.

Siempre me gusta recordar este tema al principio del verano, cuando empezamos a plantearnos actividades al aire libre con los niños. Especialmente antes de ir a la playa.

El sol es algo que llevamos esperando todo el invierno, pero en exceso puede resultar peligroso.

No debemos huir de él como si fuésemos vampiros. Pero tampoco exponer a los niños hasta el punto de que se queme la piel.

Siempre que un niño tiene la piel quemada por el sol, es porque ha estado expuesto más tiempo del que su piel puede soportar.

Estamos cuidando bien su piel si nunca se quema. Si lo hace con cierta frecuencia es que debemos actuar mejor.

Eso varía mucho de unos niños a otros. Los hay que no se queman estando horas a pleno sol y otros que con 10 minutos en las horas centrales del día ya se ponen rojos como cangrejos.

Por poca experiencia que tengamos los padres, todos sabemos el tipo de piel de nuestros hijos y según eso la sensibilidad que tienen al sol.

Medidas claras para proteger a los niños del sol

– La mejor protección solar es no estar al sol. Hay que evitar que los niños permanezcan a pleno sol en las horas centrales del día (de 12:00 a 18:00). No solo por las quemaduras solares. También para evitar las insolaciones.

– La segunda mejor protección es la ropa.

Cremas de protección solar. Siempre que tengamos previsto que un niño se exponga al sol más de lo habitual, conviene usar cremas de protección. Yo recomiendo usar en los niños el mayor factor de protección disponible. En la actualidad +50.

Forma adecuada de usar las cremas de protección solar

Debe aplicarse por primera vez en casa. Eso hace que la piel la fije más en profundidad.

Muchos niños llegan a la playa, le aplican la crema, y al agua. Siendo así no permite que se fije y el agua la elimina. Si no se la habéis puesto en casa, tras aplicársela, esperad al menos 15 minutos antes de meter al niño en el agua.

Ninguna crema solar protege más de 2 horas. Por lo que si se prolonga más tiempo la exposición, conviene volver a aplicar la crema de protección.

Quemadura solar y su tratamiento

Las quemaduras solares más leves son un enrojecimiento de la piel. Cuando ya notamos esto es un signo de que debemos quitar al niño del sol. Si la piel está roja, no basta con volver a aplicar crema. Se acabó el sol hasta que desaparezca el enrojecimiento (lo que puede ser cuestión de horas o de días según el daño recibido).

En estas quemaduras leves conviene mojar la piel con agua para refrescarla, quitar al niño del sol y aplicar cremas antiinflamatorias:

– Puede usarse por ejemplo Physiogel AI intensive / 12 horas. Esta crema baja la inflamación, pero no tiene corticoides.

– En casos más intensos que con cedan con la anterior, podemos usar cremas de corticoides como Cutivate o Lexxema emulsión / 24 horas.

Si duele, puede ayudar algún analgésico, como el ibuprofeno o el paracetamol.

Y si pica, algún antihistamínico como la Dexclorfeniramina.

Pero lo primero y principal es quitar al niño del sol.

En algunos casos aparecen incluso ampollas.

Eso quiere decir que debimos quitarlo del sol hace rato. Así que si sigue al sol debes sacarlo inmediatamente.

Y es recomendable que no vuelva a tomar el sol hasta que se curen las quemaduras. Lo que suele tardar en estos casos en torno a una semana.

Como en el caso anterior, lavamos con agua fría y damos analgésicos para el dolor, pero en caso de ampolla prefiero aplicar cremas con corticoides y antibióticos asociados.

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