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Sexto mes de embarazo, infecciones y vacunas en el embarazo

Anticiparnos siempre que sea posible, el contagio durante el embarazo puede afectar a la salud de la madre y a la del bebé.

Semanas 23 a 27 de embarazo.

 

Uno de los objetivos de las pruebas que se incluyen en las analíticas del primer trimestre es determinar la  inmunidad de la embarazada frente a algunas infecciones.

Pero ¿son estas infecciones las únicas que puede tener una embarazada?, evidentemente la respuesta es no, entonces ¿por qué se incluyen éstas? y ¿qué pasa con las otras?

Para empezar son pruebas que se incluyen en “protocolos básicos” para embarazadas y evidentemente se ven afectados por las características generales y limitaciones de los protocolos en medicina, la información sobre protocolos que comparto en el artículo “¿Pediatría 2.0 de protocolo o personalizada?” aclara mi opinión al respecto.

En este caso, factores como son resultados de epidemias previas, el económico y la gravedad de su repercusión son determinantes para su inclusión en el protocolo, a los que se suman la posibilidad de tomar precauciones para evitar su contagio en casos de no inmunidad, posibilidades de tratamiento y pautas de actuación en infecciones maternas recientes e infecciones crónicas.

Será vuestro médico ginecólogo el que debe decidir si es necesario hacer otras determinaciones y el que interprete los resultados, ya que siempre deberá de hacerlo un facultativo que conozca vuestro historial.

Salvo que sucedan situaciones de riesgo, normalmente no se vuelven a realizar estás pruebas, pero si se da el caso de exposición, debéis ponerlo en conocimiento del equipo que os realice el seguimiento del embarazo, ya que entonces según la situación vivida, si que resulta habitual repetirlas o incluso hacer nuevas determinaciones.

Algunas infecciones que pueden afectar el embarazo se han agrupado bajo el acrónimo TORCH:

T: toxoplasmosis

O: otras infecciones (sífilis, varicela, parvovirus B19, papilomavirus, malaria, tuberculosis, etc.)

R: rubeola

C: citomegalovirus

H: herpesvirus

Las infecciones TORCH son infecciones que pueden originar anomalías congénitas, retraso en el crecimiento, alteraciones del sistema nervioso central, anemia fetal, sepsis, etc.

Debéis saber que una infección tiene diferentes efectos según la fase en la que se encuentra el embarazo, dado el interés que suele despertar la exposición a la varicela cuando la pasan los hijos de embarazadas que ya son mamás, os pongo como ejemplo los posibles efectos de la varicela en el embarazo.

Vacunas en el embarazo

Cuando hablamos de infecciones resulta inevitable hablar de vacunas, un tema controvertido y que suele abrir debate, podéis ver que he escrito bastante sobre vacunas y he compartido tanto las razones para vacunar a un niño como las teorías en contra de la vacunación.

La vacunación en el embarazo no es una excepción en la general polémica sobre las vacunas, pero se consideran indicadas cuando hay un riesgo elevado de exposición a la enfermedad y cuando la infección natural supone riesgos graves para madre y/o feto.

La mejor medida es la vacunación antes del embarazo, todas las futuras mamás deberían llegar al embarazo con el calendario vacunal completo y actualizado, y tanto médicos (pediatras y ginecólogos) como padres deberíamos encargarnos de conseguirlo.

Las vacunas recomendadas en el embarazo son la dTpa (tétanos, difteria y tosferina) y contra la gripe (influenza), ya que se consideran seguras y beneficiosas, no se ha podido demostrar riesgos para el embarazo y los anticuerpos que se forman protegen al bebé de estas infecciones en su forma neonatal.

Las vacunas recomendadas en casos de riesgo de exposición durante el embarazo son las vacunas contra hepatitis A y B, la rabia, el neumococo y meningococo.

Y las vacunas contraindicadas son la triple vírica (rubéola, sarampión, paperas), contra la varicela, tuberculosis, tifoidea y antigripal intranasal. Se incluyen también en este grupo la vacuna contra la fiebre amarilla, aunque en este caso, ante una exposición inevitable a partir del segundo trimestre de embarazo se vacuna, ya que es preferible el riesgo de la vacunación a la enfermedad. Y la vacuna contra la poliomielitis, que no está aconsejada, pero dados los riesgos de esta enfermedad, ante una situación de epidemia se vacunaría a las embarazadas.

Comparando infecciones y vacunas, encontramos ausencias importantes. Actualmente para algunas infecciones no hay vacunas o están en fase experimental, si no hay inmunidad previa al embarazo la única medida es la prevención, es el caso de la toxoplasmosis y del citomegalovirus. Incluso hay casos en los que la única alternativa es prevenir, un ejemplo la listeriosis para las que no hay vacuna y además su contagio parece que no crea inmunidad.

Para completar la información sobre las “controvertidas” vacunas os dejo un enlace a la Asociación Española de Vacunología.

Resumiendo

A lo largo de nuestra vida estamos expuestos a muchas infecciones y es imposible evitarlas todas. El embarazo es una etapa especial en la que el contagio puede afectar salud de la madre y a la del bebé, y por esto, es una etapa en la que intentamos evitar las infecciones con todos los medios a nuestro alcance.

Para disminuir el riesgo de problemas graves para ambos, cada vez hay más conciencia de que lo mejor es prevenir mediante una consulta preconcepcional que nos permitirá diagnosticar y equilibrar posibles problemas antes del embarazo.

Considero recomendables, siempre que se pueda, tanto la consulta preconcepcional como la visita prenatal, sin lugar a dudas, anticiparnos evita problemas.

A partir de ahora, según progresa el embarazo y el desarrollo del feto, los daños potenciales por infección serán más parecidos a las que tendría un bebé ya nacido.

Las vacunas recomendadas en el embarazo protegerán también al recién nacido porque previenen que se contagie con estas infecciones durante los primeros meses de vida.