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Triaje en Pediatría: ¿Cómo saber si mi hijo puede tener algo grave?

Triaje en Pediatría, cómo saber cuándo acudir a urgencias porque puede tener algo grave.

¿Es grave lo que tiene mi hijo o no? Esta debería ser la primera duda que debes plantearte cuando detectas que tu hijo está enfermo y decides buscar ayuda. Te explico cómo lo valoramos los profesionales: El Triaje o Filtrado en Pediatría.

Esto es lo que llamamos filtrado o triaje. Es especialmente útil cuando un equipo médico tiene que atender una gran catástrofe en la que hay más pacientes de los que puede asistir de forma inmediata. Cada vez más los servicios de urgencia parecen una catástrofe cotidiana y por eso el triaje o filtrado está convirtiéndose en la norma.

¿Algún día has ido a un gran hospital y has visto que alguna familia “se te ha colado” para entrar a urgencias?

Si hay sistema de triaje en ese hospital, no se “han colado”. El sistema de triaje ha asignado un nivel de gravedad mayor a lo que tiene ese niño que a lo que tiene tu hijo. Y no depende de que los padres digan que ha tenido una fiebre más alta, ha vomitado más veces o que el suyo es el niño con más mocos del planeta. Nos guiamos por señales objetivas.

Ningún sistema es perfecto y todo método de triaje es mejorable, pero en situaciones de mucho volumen de pacientes es muy útil para que el que está realmente grave no tenga que esperar. Todos hemos oído hablar de casos en los que un paciente llegó incluso a morir en la sala de espera de un hospital sin llegar a ser atendido. Estos sistemas buscan evitar situaciones como esa, que por desgracia son reales.

Saber cómo diferenciamos lo grave de lo leve puede salvarle la vida a tu hijo

Pero no quiero explicaros cómo se hace triaje para que aceptéis su funcionamiento, sino para algo más importante: Con frecuencia atendemos patología banal. En su mayoría, por suerte lo es. Pero a veces algunos padres se pasan de prudentes y no acuden a urgencias cuando su hijo está en una situación grave. Me gustaría que seáis capaces de reconocer esas situaciones, para que si vuestro hijo alguna vez está en una de ellas nos lo traigáis lo antes posible.

Para esto voy a explicaros cómo funciona el Triángulo de Evaluación Pediátrica:

Tiene tres cosas que valoramos:

  1. Apariencia. El aspecto general del niño. Un niño grave se nota que lo está.
  2. Trabajo Respiratorio. Cuánto le cuesta respirar.
  3. Circulación de la Piel. Cuando falta sangre en órganos importantes lo primero que hace el cuerpo es retirarla de la piel. Y eso es muy visible.

Triángulo de Evaluación Pediátrica

Apariencia de un niño sano

En la apariencia valoramos como sano, normal al niño que reúne una serie de características:

  • Tono: Se mueve espontáneamente, se resiste a que lo exploren, se mantiene sentado o en pié según su edad.
  • Interacción: Está alerta y conecta con el médico o sus cuidadores, interacciona con lo que le rodea, tiene curiosidad por los objetos que hay a su alrededor.
  • Consolable: Se calma si su cuidador le toma en brazos y le tranquiliza, actúa de forma diferente hacia el médico y hacia su cuidador.
  • Mirada: Hace contacto visual con quien le mira, sigue con la mirada.
  • Lenguaje/llanto: Usa un lenguaje apropiado a su edad o tiene un llanto potente.

Si falta alguno de esos aspectos lo consideramos un signo de gravedad. Que cumpla todos estos puntos es tranquilizador, nos indica que en principio su apariencia es la de un niño sin un problema grave.

Trabajo Respiratorio ¿cómo se nota cuando un niño no respira bien?

En este aspecto definimos lo que no es normal. Pensamos que un niño no respira bien si:

  • Ruidos raros: Ronquidos, sin voz, voz débil, voz ronca, estridor (como si se hubiese tragado el pito de una trompeta), gruñidos, sibilantes (el aire silva al entrar).
  • Posición rara: Olfateo (cuello estirado como si estuviese oliendo), trípode (echarse hacia atrás apoyándose con los brazos extendidos), se agobia si se tumba.
  • Retracciones: Al intentar tomar aire la piel se hunde entre las costillas, por encima de las clavículas y el esternón, y el niño sacude la cabeza cada vez que toma aire (tiene que mover todo el cuerpo en cada respiración).
  • Aleteo nasal: Las alas de la nariz se abren de forma evidente cada vez que toma aire.

Cuantos más signos de estos reúne, valoramos que su dificultad para respirar es mayor.

Circulación de la piel

Como en el punto anterior definimos lo anormal. De modo que cuantos más puntos de los siguientes reúne peor pensamos que es el riego de sangre de este niño:

  • Palidez: La piel y las mucosas (labios, lengua…) están pálidas.
  • Moteado: La piel tiene un aspecto parcheado, con zonas que tienen mejor riego de sangre y otras que tienen menos.
  • Cianosis: Coloración azulada de la piel y las mucosas (labios, lengua…)

Estos signos de mala circulación son normales en ciertas condiciones, como frío al quitarle la ropa, especialmente en bebés muy pequeños, fase inicial de la fiebre (la temperatura axilas puede ser normal o incluso baja, pero la anal ya está subiendo), bañándose en agua fría en la piscina o la playa…. Pero desaparecen en cuanto se abriga, baja la fiebre, se saca del agua fría y se calienta…

Nos preocupan cuando aparecen en un niño que no está pasando frío y que no tiene fiebre.

El 4º Criterio:

Para mí hay un 4º criterio de gravedad que no aparece en las Guías Clínicas… Y es cuando una madre te dice que su hijo no está bien. La verdad es que este no suele fallar. Fíate de él y si realmente no ves bien a tu hijo, acude a urgencias.

Resumiendo:

Si crees que tu hijo no está bien, y al revisar estos aspectos ves que no tiene buen aspecto, le cuesta respirar o mantener una buena circulación en su piel, lo que tiene puede ser grave y conviene que sea valorado por un pediatra cuanto antes.

Si por el contrario ves síntomas de enfermedad (tos, mocos, vómitos, diarrea, dolor) pero en general tiene buen aspecto, respira sin problemas y tiene una buena circulación en la piel, puede esperar para ser valorado.

Ten en cuenta, eso sí, que todo puede cambiar, y que al principio una infección puede ser leve, pero puede complicarse. Cuando esto ocurre vemos un cambio claro en la valoración que podemos hacer con el Triángulo de Evaluación Pediátrica y es motivo para que acudamos a Urgencias.

Espero que esta explicación te ayude a tomar mejores decisiones sobre la salud de tu hijo y a sentir que lo haces con mayor seguridad.