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Leches Animales y Bebidas Vegetales en Alimentación Infantil

Diferencia entre leches animales y bebidas vegetales

Leches Animales y Bebidas Vegetales en Alimentación Infantil

No toda bebida blanca es leche. Hoy en día podemos escoger entre muchas opciones en nuestra alimentación. ¿Por qué las “leches vegetales” no son Leche?

Todos los bebés tienen una etapa inicial de su vida en la que se alimentan sólo con leche. Tras esa etapa de Lactancia Exclusiva se introduce la alimentación complementaria, pero la leche sigue representando un papel esencial en su alimentación al menos en los primeros años de vida.

¿Qué es la leche?

Según la Wikipedia: “La leche (en latín: lac, ‘leche’) es una secreción nutritiva de color blanquecino opaco producida por las células secretoras de las glándulas mamarias o mamas de las hembras de los mamíferos.

¿Existen las leches vegetales?

Según la misma Wikipedia:

”Las leches vegetales son suspensiones de material vegetal disuelto y desintegrado en agua, que tienen un aspecto similar a la leche de origen animal, pero no son productos lácteos.​ Se elaboran a partir de ciertas variedades de frutos secos, cereales, legumbres y otras semillas, extrayendo el material vegetal en agua, separando el líquido y formulando el producto final, generalmente con adición de ingredientes para permitir su conservación y mejorar su sabor y sus propiedades nutricionales. Aunque se publicitan como saludables y sanas, a fecha de 2018 no se han realizado suficientes investigaciones para comprender las implicaciones nutricionales de su consumo a corto y largo plazo. La mayoría de estas bebidas carecen del equilibrio nutricional de las leches animales, son bajas en proteínas, grasas, calorías, hierro, y algunas tienen contenidos de proteínas y calcio extremadamente bajos. 

Las leches vegetales no son un adecuado sustituto de la leche materna, de las fórmulas infantiles ni de la leche animal en los primeros dos años de vida.

Con el objetivo de no confundir al consumidor, en los países de la Unión Europea desde 2013 la legislación prohíbe el uso de la palabra «leche» para designar las bebidas vegetales. (Reglamento (UE) Nº 1308/2013 del Parlamento Europeo y del Consejo de 17 de diciembre de 2013. L 347/814)”

La mejor leche es la Materna.

Cada especie animal produce leche optimizada durante todo su proceso evolutivo para el desarrollo de sus crías. De modo que la mejor leche para los bebés es la Leche de su Madre.

Esta leche materna suple las necesidades del bebé durante los primeros meses de vida. Y cuando necesite una alimentación más variada seguirá siendo la mejor leche que puede tomar mientras la madre y el niño quieran prolongar esa lactancia.

Cuando no se dispone de leche materna.

Como mamíferos necesitamos la leche en la alimentación de nuestros bebés. Cuando la mejor posible, que es la materna, no está disponible el bebé necesita un sustituto que cubra sus necesidades nutricionales lo mejor posible, aunque nunca lo hará tan bien como la original.

La primera aproximación lógica es buscar productos naturales “parecidos” a la leche humana.

Aquí aparecen las leches de otros mamíferos, que están diseñadas para sus crías, no para las humanas, pero reúnen algunas características comunes. Como la leche de cada especie tiene variaciones importantes, cuando tenemos que alimentar a un bebé con una leche no humana hay que modificarla para adaptarla lo más posible a la composición de la leche materna.

Otra limitación es la tolerancia. Los bebés no tienen capacidad para digerir la leche de otros animales si no modificamos su composición, pudiendo aparecer intolerancias y alergias importantes si las tomasen en su forma original. Hasta tal punto que la alergia a proteínas de la leche animal es una de las más frecuentes en los bebés. Por lo que debemos comprobar cuál es la forma en la que deben presentarse esas proteínas para ser toleradas por los niños.

Así se hacen las Fórmulas Infantiles. Adaptando la leche de otros mamíferos a la tolerancia y nutrición adecuada para los bebés.

Esta tarea es más importante cuanto menor sea la edad, ya que si va a constituir su única fuente de nutrientes es mucho más delicado que cuando sea un alimento esencial pero parte de una dieta completa. Por eso son más estrictas en los primeros meses de vida donde sólo toma leche, algo menores hasta los 12-18 meses cuando sigue siendo un elemento muy importante de la alimentación y por encima de esta edad pueden tomar los productos alternativos incluso sin modificación.

Para que un producto sea comercializado en Europa destinado a bebés menores de 12-18 meses debe demostrar que puede cubrir las necesidades mínimas del bebé y ser adecuadamente tolerado. Esto lo comprueba la EFSA (Agencia Europea de Seguridad Alimentaria).

En la actualidad la EFSA acepta que sirvan de base para Fórmulas Infantiles la leche de vaca y la de cabra. Son dos leches animales que han demostrado que cumplen los requerimientos: Aportan nutrientes que cubran las necesidades del bebé y pueden ser adaptadas para que se toleren bien.

Ante la frecuencia de las alergias a las proteínas de la leche animal se pensó en ofrecer alternativas diferentes como las Bebidas Vegetales. Su problema es que no eliminan el problema de la alergia, ya que también se pueden generar alergias a las proteínas vegetales (la alergia a la soja puede ser mucho peor que a las proteínas de la leche), y su composición no se parece en prácticamente nada a la Leche. Se puede hacer un esfuerzo de diseño para adaptarlas en muchos de sus parámetros, de forma que en bebés que no pueden tomar leche materna y tienen alergia a las proteínas de la leche animal, se dispone de Sustitutos diseñados desde el arroz o la soja.

Comparativa de las opciones para bebés en los primeros 12-18 meses.

Si tienes que ofrecer un sustituto de algo en nutrición, lo ideal es buscar otro producto natural, lo menos modificado posible que se adapte a esa función, ya que toda modificación desvirtúa al producto natural, pudiendo degradar nutrientes que conviene mantener.

Nuestra capacidad técnica cada vez es mayor y podemos hacer modificaciones de todo aquello que conozcamos que debe cambiarse. En esto el avance es constante, pero cuantas menos modificaciones necesite el producto original para cumplir su función mejor, porque será más natural.

De entrada, que un producto necesite más cambios conocidos, implica que posiblemente tenga más diferencias desconocidas y que por lo tanto está más lejos de la solución óptima (que sería la leche materna).

Modificación fórmula infantil cabra vaca

En ese sentido podemos establecer una escala clara. Por orden de más simple a más complejo, el proceso de adaptación que necesitamos para generar un producto para bebés que cumpla mínimamente su función según el punto de partida es:

  • Leche Materna. Tal cual, directa al bebé desde su envase natural. Sin modificación alguna. La mejor e inigualable.
  • Leche de Vaca. Es la más usada por ser la más accesible. Su proceso de adaptación es más complejo que con la leche de cabra, pero mucho menor que con las de origen vegetal. Precisa separar el suero de la leche, procesar las proteínas para hacerlas más digeribles y menos alergénicas; equilibrar otros componentes para adecuar las proporciones a las de la leche materna y cambiar el ácido palmítico en su forma original por otra más digerible.
  • Leche de Cabra. Por su modo de secreción y su composición es la más parecida de las 3 siguientes a la leche materna. Por lo que el proceso de modificación para ofrecerla a un bebé es muy simple: Se deshidrata para convertirla en leche en polvo y se añaden algunos nutrientes deficitarios. Esta adaptación es más simple porque los principales problemas de tolerancia que pueden surgir con esta leche son menores que con otras opciones:
    • Alergia a proteínas. La proteína presente en la leche animal que más alergias causa es la S1 Caseína. La leche de cabra contiene 20 veces menos que la de vaca.
    • Intolerancia a la lactosa. La leche de cabra contiene lactasa, como la humana. Lo que implica que aunque un niño no produzca lactasa no aparecen síntomas de intolerancia, ya que la lactosa va digerida por un encima que está presente en la propia leche. La leche de vaca tiene lactosa, pero no lactasa, por lo que si el niño no la produce no puede digerirla y aparecen los síntomas de intolerancia.
    • La grasa de la leche de cabra es más digerible evitando problemas como estreñimiento y reflujo más frecuente con la de vaca.
  • Productos vegetales como Arroz o Soja. No tienen nada que ver con la Leche. Por ello el proceso de adaptación es mucho más complejo. Son la opción que implica una labor de diseño más artificial. Puede ser la alternativa para aquellos en que no hay leche materna y las de origen animal no son toleradas.

Por encima de los 12-18 meses.

Son niños de edad superior en los que la leche ya es uno más de los productos de la dieta y su madurez digestiva se considera completa.

Ésta supera en duración los 12-18 meses, porque la leche sigue aportando elementos esenciales a la dieta del niño como:

– Calcio y Vitamina D necesarias para la formación del esqueleto.

– Proteínas de alta calidad para el crecimiento.

– Grasas de alta calidad para la formación de masa cerebral.

Las bebidas vegetales pueden aportar el Calcio y la Vitamina D, pero las proteínas y grasas de alta calidad no están en esta alternativa. Por eso la leche materna o en su defecto leches animales son recomendables durante los primeros años de vida, pero las bebidas vegetales claramente son insuficientes para cubrir las necesidades de un niño en crecimiento.